lunes, 31 de mayo de 2010

HISTORIA DE LA PROVINCIA DE YAUYOS.


La personalidad histórica de los pueblos que forman la provincia de Yauyos, tiene su partida de nacimiento en la antigua cultura de los “YAUYOS”. Los grupos sociales de tan milenaria cultura, constituidos por la confederación de numerosas tribus, poblaron el olimpo de la cordillera occidental de los Andes, abarcando una dilatada región, circunscrita dentro del área geográfica del departamento de Lima. Según el cronista don Diego de Briceño, en sus “ANALES DEL PERÚ”, el extenso territorio de los “YAUYOS” comprendía por el Norte hacia las tierras de los Huancas, actualmente florecientes provincias de Muquiyauyo, Jauja y Huancayo. Por el Sur con las tierras de los Nazcas y Paracas, actual departamento de Ica, por el Este con el territorio de los “Pocras”, hoy Huancavelica. Por el Oeste con las caldeadas comarcas de los “Pachacamak” y otros no menos importantes tribus. En la actualidad, perennizando imborrables hitos de Historia, existen en las inhiestas cimas de los Andes yauyinos centenares de pueblos en dispersión de ruinas líticas, cargando siglos de existencia. Si se permite, basta esta figura de ubicación simbólica y afirmar que han logrado constituir tribus belicosas y de pulso rebelde, forjadas en la Naturaleza, para la defensa del territorio y su nación, patrimonio común de sus pueblos. Según versiones contenidas en las interesantes mitos “ATACHUKO LLONGOTE” y “SINCHI MARKA”, cobran singular importancia histórica los ayllus de “Ñaupa-huasi” y “Sinchi-Marka”, bajo el curacazgo de los legendarios jefes: “Ñaupis” y Jatun Sinchi. Los monumentos arqueológicos, de tan antiquísimos grupos sociales, existen en la comprensión geográfica de los actuales distritos de Yauyos y Laraos respectivamente.Hacia la segunda dinastía del gobierno imperial, las huestes conquistadoras del Inca Pachacutec, con soldados de las naciones sometidas, al mando de generales del imperio, llegaron por Lunahuana, hasta las cercanías del lejano territorio de los “YAUYOS”. En los comentarios del Inca Gracilazo anota: - Por estar lejos del camino, por ser áspera de sitio y gente belicosa, el Inca General acordó volverse al Cusco. Ordenó completar la conquista a su hermano Cápac Yupanqui y su hijo el príncipe Inca Yupanqui, quienes vencedores, lograron someter a los “YAUYOS” bajo la supremacía de la real mascaypacha.Los vestigios materiales de tan importantes obras y su difusión lingüística se confirman en la perennidad de numerosos monumentos arqueológicos y las toponimias que predominan en el habla de los pueblos, ríos, lagunas, manantiales, markas, ayllus, caminos, cerros, quebradas, desfiladeros, fiestas y costumbres, llevan con fuerza de continuidad histórica, nombres y denominación desde el antiguo KAUKI TUPI o AKARO, hasta el AIMARA Y QUECHUA, trilogía idiomática, cual la cantuta incaica, florece en la expresión popular, entre los confines geográficos de Yauyos. Durante los años de revolución emancipadora, los bastiones de los andes yauyinos, han constituido escenario de gloriosas gestas, que contribuyeron afianzar la libertad de los pueblos sojuzgados por el yugo español. Las semillas de la libertad sembradas por nuestros precursores, habían frutecido con profundo civismo, afirmando conciencia entre nuestras masas populares. Como corolario de brillantes acciones por la emancipación, los patriotas de Yauyos, capitaneados por el Guerrillero don José Guillermo Cairo y el patriota Vicario Br. Don Domingo Villegas, juraron la independencia del Partido de Yauyos, el 4 de agosto de 1821, ocho días después que el Gran Capitán de los Andes, había proclamado la independencia del Perú, en reconocimiento a tan patriótica acción, el Generalísimo Don José de San Martín, dispuso que todos los ciudadanos comprendidos entre los 18 y 50 años, debían llevar en el brazo derecho un escudo eclíptico, con la siguiente inscripción: “A LOS CONSTANTES Y LEALES PATRIOTAS DE YAUYOS”. Cuando el Virrey don José de la Serna, en su precipitada fuga al centro del Perú, mediante un oficio al cura Villegas indujo convencer a los yauyinos , que el Ejercito Realista fuese recibido con honores, el valiente sacerdote contestó “Las tropas realistas no tendrán en Yauyos, mas acogida que las balas y la muerte”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario