viernes, 24 de febrero de 2012

TUPE DISTRITO MILENARIO DE YAUYOS Al parecer en Tupe se ha detenido el tiempo a seis horas de Lima. Allí la población no solo mantiene intactas sus raíces nativas sino también sufre la desazón del abandono capitalino: es el único distrito de los 33 en Yauyos, provincia de Lima que no cuenta con una carretera. Por tal razón es lógico que el desarrollo para esa parte del país no llegue con celeridad. Las cifras desnudan aquella realidad. Tupe es considerado una de las zonas más pobres del país con tasas que superan el 80% de necesidades básicas insatisfechas (según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática - 2009). Llegar a ese lugar implica caminar durante dos horas por un camino de herradura sendero rocoso. Son siete kilómetros, y una vez allí el gris de sus viviendas (hechas de piedra y barro) y la desolación que habita en sus calles dan la sensación de estar en un pueblo olvidado como aquellos qué aparecen solo en las historias antiguas. En ese rincón del país con casi tres mil metros sobre el nivel del mar, su gente tiene hambre. Una sopa de fideos con queso y papas puede ser acaso el plato más contundente del lugar. Es que no se puede más. Los tupinos consumen apenas lo que extraen de sus tierras (papa, maíz, trigo, habas, entre otros) y lo poco que producen, entre queso y leche son destinados al mercado aledaño al pueblo: Catahuasi, Cañete y Lima. Los pobladores tupinos obtienen principalmente dinero de las ventas de sus animales, los otros productos empleados para su sobrevivencia lo obtienen a través de la práctica ancestral del trueque. Según los registros del INEI el 60 % de la población estimada son víctimas de enfermedades. Tupe es un lugar sin oportunidades, en este pueblo las carencias se palpan como la indiferencia de las autoridades regionales. En el lugar, solo se cuenta con el baño concejal que se encuentra en malas condiciones, mientras que unos seis silos se ubican distribuidos en todo este distrito en la sierra de Lima. El agua no siempre llega. Las tuberías por la que fluye el líquido vital se encuentran averiadas. Todavía las madres tupinas cocinan con leña y para coronar ese ramillete de precariedad el puesto de salud está en abandono, los enfermos podrían tardar caminando hasta siete horas para ser atendidos en el centro de salud más cercano situado a más de 21 kilómetros en Catahuasi. Las oportunidades laborales tampoco existen. De quedarse en Tupe, los jóvenes serían una vez más parte de este círculo vicioso que se halla entre vivir de la agricultura y la crianza de los animales, por eso migran. Esto es solo un vistazo de uno de los lugares más pobres del país, pero ¿cuántos más serán inaccesibles e indiferentes para la gran capital?, ¿llegará a todos esa bonanza económica de la que tanto se habla en los últimos años? las palabras de José María Arguedas en los Ríos Profundos aquí cobran sentido: “El Perú estaba dividido en su entraña y frenado”, se espera que esto ya no sea así, existe disputa cultural. Desde el año pasado el pueblo de Tupe demanda que se concrete en realidad su carretera, pero al parecer por la inoperancia de sus autoridades y en especial de su actual alcalde, que esta camino a una segura revocatoria, esta importante obra se viene postergando. Esperamos que el pueblo de Tupe sepa elegir a sus autoridades, así llegue la carretera siendo el único distrito de los 128 de la región que no tiene carretera.
Pero a pesar de todas estas carencias, TUPE, también se destaca por ser un pueblo milenario y con mucha fe religiosa, tal es así que este 11 de febrero del 2012, los hijos residentes en Lima, celebraron la Festividad de la Virgen de la Candelaria, participando activamente, su alcalde el Lic. Benyamin Ordoñez Payano, acompañado de autoridades y amigos, quienes hicieron gala y realzaron esta prestigiosa festividad, demostrando así la integración con los hermanos de Tupe, Aiza y Colca.

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